28/08/2025 | Marta Berné
En ocasiones los comportamientos y actitudes tóxicos o problemáticos vienen de la persona que guía al equipo. Y el poso que esto deja puede dar lugar a problemas más graves.
Hace unos días hablamos de conceptos relacionados con las culturas tóxicas. Hoy nos enfrentamos a la siguiente situación: ¿qué pasa cuando la persona que debería guiarnos es quien genera mal ambiente?
Durante las últimas semanas, el equipo ha tenido dificultades para cumplir con los compromisos del sprint. Aunque los miembros lo comentan entre ellos, nadie lo expresa en las retrospectivas, ya que el responsable del área suele reaccionar mal cuando se mencionan problemas.
En las reuniones, repite frases como:
En privado, algunos compañeros sienten frustración, pero otros recomiendan “no remover las aguas” para no exponerse. El ambiente se ha vuelto tenso y distante, pero en público todo aparenta ir bien. Cada vez que alguien quiere hacer una crítica o comentar soluciones para algún problema, son señalados como culpables de “hacer que esto no funcione”.
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