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Hoy explicamos cinco aspectos clave para utilizar los Objetivos y Resultados Clave (OKR).
Recordad que las transcripciones de todos los episodios estarán disponibles en el blog. ¡No dudéis en sugerirnos temas sobre los que os gustaría profundizar!
Transcripción
¡Hola y bienvenidos! Hoy vamos a sumergirnos en el mundo de los Objetivos y Resultados Clave, más conocidos como OKR, y cómo utilizarlos de manera eficaz. Queremos compartir 5 aspectos clave para aplicar esta metodología, pero antes, vamos a definir qué son los OKR.
OKR: definición
Los Objetivos y Resultados Clave, OKR por sus siglas en inglés, son una metodología que se originó en Intel bajo la influencia de Andy Grove. Fue popularizada por empresas de tecnología como Google y se ha convertido en una herramienta para establecer y alcanzar metas en un entorno dinámico y en constante cambio.
Esta metodología define objetivos claros y ambiciosos a nivel de la organización, equipo o individual, acompañados de resultados clave medibles que actúan como hitos para evaluar el progreso hacia esos objetivos.
Fomenta la claridad y el enfoque, ayuda a los equipos a concentrarse en las prioridades que realmente importan, promueve la transparencia dentro de la organización, y al establecer objetivos y resultados accesibles para todos, cada miembro del equipo puede ver cómo su trabajo contribuye al éxito general de la empresa.
También permiten una medición objetiva del progreso y el rendimiento. Al definir resultados clave específicos y medibles, las organizaciones pueden evaluar de manera efectiva si están avanzando hacia sus objetivos y realizar ajustes según sea necesario.
En definitiva, los OKR son una herramienta de gestión y un catalizador para el crecimiento y la mejora continua en las organizaciones ágiles.
Pero, ¿cómo podemos aplicarla en nuestra empresa?
OKR: cómo utilizarlos
1. Establecer objetivos claros y medibles
Los objetivos que definamos deben ser cualitativos, ambiciosos, claros y cuantificables. Un objetivo bien definido proporciona una dirección clara, mientras que los resultados clave medibles permiten un seguimiento objetivo del progreso.
Imagina que una empresa de desarrollo de software se propone como objetivo «Aumentar la satisfacción del cliente en el primer año». Un resultado clave medible para este objetivo podría ser «Alcanzar una puntuación promedio de satisfacción del cliente de 90 sobre 100 en todas las revisiones de producto para el final del cuarto trimestre».
2. Alineación y compromiso del equipo
Se trata de asegurar que todo el equipo comprenda y se comprometa con los OKR, fomentando la transparencia y la colaboración. Esto asegura que todos remen en la misma dirección y trabajen hacia objetivos comunes.
Por ejemplo, un equipo de marketing digital podría tener el objetivo de «Incrementar el alcance de la marca en redes sociales en el primer semestre». Un resultado clave podría ser «Aumentar el número de seguidores en un 25% para el final del trimestre».
La alineación se logra cuando cada miembro del equipo sabe cómo su trabajo diario contribuye a alcanzar este aumento, ya sea a través de la creación de contenido, campañas publicitarias o interactuando directamente con la comunidad.
3. Flexibilidad y adaptabilidad
Los OKR deben ser flexibles para adaptarse a cambios y aprender de los resultados. Esto significa estar dispuestos a ajustar o reevaluar los OKR según se presente la necesidad.
4. Seguimiento y evaluación continuos
El progreso debe medirse regularmente para realizar ajustes en caso necesario. Esto permite identificar rápidamente áreas de mejora o reorientar esfuerzos si se desvían del objetivo.
Imaginemos una empresa que tiene como objetivo «Mejorar la eficiencia operativa en el primer semestre». Los resultados clave podrían incluir «Reducir el tiempo de respuesta al cliente en un 50% en el primer trimestre» y «Disminuir los costos operativos en un 20% en el segundo trimestre».
La evaluación mensual de estos resultados clave permite al equipo saber si están en camino de cumplir el objetivo o si necesitan implementar medidas correctivas.
5. Fomentar una cultura de feedback y aprendizaje
El trabajo con OKR debe estar basado en el feedback constructivo y el aprendizaje continuo. De esta forma, los equipos pueden mejorar y perfeccionar su uso. Esto incluye celebrar los éxitos y aprender de los fracasos.
Por ejemplo, pensemos en una startup tecnológica que establece OKR alrededor del crecimiento de usuarios. A pesar de no alcanzar el resultado clave de «Duplicar la base de usuarios activos mensuales», el equipo realiza una sesión de retroalimentación para entender los obstáculos encontrados y aprende que ciertas funcionalidades claves del producto necesitan mejoras. Este aprendizaje se convierte en la base para los OKR del próximo ciclo, con un enfoque renovado en mejorar la experiencia del usuario.
Los OKR son una herramienta para alcanzar objetivos. Implementarlos puede transformar la forma en que trabajamos, impulsando el éxito organizacional y el desarrollo personal y profesional de cada uno de nosotros.
¿Habéis tenido experiencias implementando OKR en vuestras organizaciones o equipos? ¿Se os ocurre algún otro aspecto que consideréis clave?
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