“Los trabajadores del conocimiento tienen que autogestionarse. Deben tener autonomía” (Druker, 1999)
La autonomía en la organización de un equipo puede producirse en distinto grado, dependiendo del ámbito de responsabilidades que gestionan sus miembros. Desde el mínimo, en el que cada persona sólo asume la responsabilidad de las tareas que tiene encomendadas, hasta el máximo en el que todas las funciones de desarrollo, gestión de tareas, diseño del marco de trabajo y participación en la estrategia global son asumidas por los miembros del equipo.
Se pueden establecer 4 niveles de autogestión para los equipos, desde el mínimo, propio de los equipos dirigidos y que no se pueden considerar autogestionados, hasta el máximo, que podemos denominar equipos autogobernados:
1.- Equipos dirigidos.
En ellos los miembros del equipo sólo tienen autoridad en la ejecución de las tareas. Son los gestores quienes administran el proyecto y las tareas, monitorizan el avance, diseñan el marco de trabajo y participan en las decisiones estratégicas para la organización.
2.- Equipos autogestionados.
Los miembros del equipo tienen autoridad para ejecutar las tareas y también para gestionarlas en el marco del proyecto. Es el caso de los equipos que emplean marcos técnicos de scrum o kanban para gestionar el desarrollo.
3.- Equipos autodiseñados.
Los miembros del equipo, además de ser responsables de la ejecución de las tareas y de la gestión de las mismas en el ámbito del proyecto, también diseñan el modelo organizativo interno del equipo y el marco de trabajo que emplean.
4.- Equipos autogobernados.
Además de las responsabilidades de los equipos autodiseñados, en los equipos autogobernados los miembros tienen también capacidad de decisión sobre las decisiones estratégicas de la organización en las que el equipo participa o se encuentra implicado .
Al analizar la autoorganización se debe considerar que el nivel 2 o de equipos autogestionados puede resultar suficiente para facilitar la agilidad en el ámbito operativo, pero para facilitarla también en el ámbito organizacional se requiere un nivel 3 (equipos autodiseñados) para organizaciones con un patrón cultural verde, y 4 en organizaciones con un patrón cultural teal (Laloux 2016)
Druker, P.F. (1999). Knowledge-Worker Productivity: The Biggest Challenge. California Management Review, 78-94.
Laloux, F. (2016). Reinventar las organizaciones. Barcelona: arpa editores.
¿Es posible contar con equipos autodiseñados cuando el 70% de sus integrantes pertenecen a empresas externas distintas entre si?
Sus motivaciones son variadas y ajenas a la empresa donde se desarrolla el equipo.